Fluke entrevistó a un fabricante acerca de fugas de aire. Este fabricante ayuda literalmente a que sigan girando las ruedas del comercio. Al ser uno de los fabricantes más importantes del mundo en el mercado de piezas de repuesto de equipo de servicios de ruedas, la empresa diseña, crea y comercializa productos con marcas distinguidas y de confianza.
Muchos de los procesos de este fabricante utilizan aire comprimido para hacer funcionar cerca de 400 herramientas en su planta de 14.000 metros cuadrados. Un compresor de 200 CV de potencia suministra todo el aire necesario. «En la planta utilizamos aire comprimido por todas partes; en accionamientos neumáticos, equipos de soldadura robóticos, cortadoras láser y equipo de recubrimiento pulvimetalúrgico», comenta el presidente del fabricante. Pero el aire comprimido también implica ruido y fugas de aire.
Controlar el desperdicio energético
Las fugas de aire hacen que los equipos accionados con aire comprimido funcionen con mayor esfuerzo, lo que produce un desperdicio energético. La presencia de equipo antiguo, acumulado a lo largo de las últimas décadas con las diferentes consolidaciones de la planta, aumenta aún más la posibilidad de fugas de aire en la misma. Oír las fugas de aire puede ser difícil en un entorno en el que hay tanto ruido, por lo que la mayoría de las actividades dirigidas a detectar fugas se llevan a cabo fuera del horario comercial.
«Normalmente esperamos a que el edificio se quede en silencio, cuando no hay turnos de trabajo o cuando hay un apagón de mantenimiento, y simplemente intentamos oír las fugas de aire lo mejor que podemos», dice el supervisor de mantenimiento. «También utilizamos botellas de agua jabonosa para pulverizar la zona en la que creamos que pueda haber una fuga, y observamos para ver si se producen burbujas». Este método de pulverizar y observar exige que los miembros del equipo de mantenimiento estén lo suficientemente cerca de la posible fuga como para oírla y pulverizar la zona correcta.
Otro método para localizar fugas de aire comprimido consiste en utilizar un detector de fugas por ultrasonidos. Para localizar todas las fugas, este método requiere un miembro del personal altamente cualificado y una cantidad de tiempo significativa. Las fugas pequeñas pueden resultar particularmente difíciles de oír para el oído humano, y no todas las fugas se encuentran en zonas de fácil acceso. Puede ser una tarea abrumadora.
Vea el sonido que no puede oír
Cuando Fluke le propuso a este fabricante probar su cámara acústica industrial Fluke ii900, que puede detectar fugas a 50 m de distancia en un entorno ruidoso, se mostraron un poco escépticos, pero estaban más que dispuestos a probarla.
Las pruebas incluían al jefe de mantenimiento y al técnico de mantenimiento, quienes se alternaron durante ocho horas mientras supervisaban toda la planta buscando fugas con dos cámaras acústicas industriales ii900. La cámara acústica industrial ii900 les permitió «ver el sonido» a medida que iban buscando fugas en mangueras, accesorios y conexiones. Los resultados de su búsqueda de fugas sorprendió al equipo de fabricación.
Encontraron aproximadamente 143 fugas, tanto grandes como pequeñas, en una sola jornada laboral.
«Tenía dudas sobre algunas de las fugas que localizaba el aparato, por lo que pulvericé esos sitios con agua jabonosa y vi que el instrumento estaba en lo cierto: si indicaba una fuga, es que la había», comenta el técnico de mantenimiento.
El jefe de mantenimiento quedó particularmente impresionado con la capacidad de la ii900 para localizar hasta la fuga más pequeña. «Las fugas pequeñas son muy difíciles de localizar», comenta. «Me he dado cuenta de que encontramos fugas con la ii900 que nunca habríamos encontrado vaporizando agua jabonosa. En la sala de pintura, encontramos una fuga en una línea de aire que no podíamos escuchar ni sentir colocando la mano alrededor de ella, pero era evidente que estaba ahí desde hacía tiempo».
La matriz acústica integrada de pequeños micrófonos sensibles de la ii900 genera un espectro del orden de decibelios por frecuencia. Basándose en él, un algoritmo calcula una imagen de sonido conocida como SoundMap™ que se superpone a una imagen visual. La imagen SoundMap se adapta automáticamente en función del nivel de frecuencia seleccionado para que el ruido de fondo se filtre. El SoundMap se actualiza en la pantalla de 10 a 20 veces por segundo.
Detección de fugas de aire a larga distancia
El equipo identificó rápidamente una fuga en una línea de aire que estaba a 8 m por encima de ellos.
«Me sorprendió lo fácil que es simplemente coger la cámara acústica de Fluke, caminar por los pasillos inspeccionando una área por encima de mí y encontrar fugas con mucha rapidez», comenta el jefe de mantenimiento.
Además de ayudar a encontrar fugas muy difíciles de detectar, el equipo de fabricación cree que la ii900 ofrece un potencial considerable de ahorro de tiempo y costes. «Una vez que hemos encontrado y reparado la mayoría de las fugas, por primera vez probablemente podemos hacer seguimiento de toda la planta d inspeccionarla en un turno de aproximadamente 8 h». Esto permitiría ahorrar el coste de horas extra, ya que pueden buscar las fugas de aire durante el turno diurno normal en vez de después del horario comercial.
También ahorra energía y reduce el desgaste de los equipos. «Además de aire, por las fugas se escapa el dinero de la empresa», comenta el jefe de mantenimiento. «Son muy difíciles de localizar, por lo que es difícil dirigir al equipo de mantenimiento al lugar correcto. La capacidad de hacerle una foto a la fuga con la cámara acústica de Fluke y enviársela a los equipos de mantenimiento como parte de la orden de trabajo es extremadamente valiosa. Creemos que nos va a ayudar a ahorrar una gran cantidad de dinero, tanto en costes de mano de obra como de energía».